Me han despertado sus ecos y
me duele...
la impotencia que trae la lejanía
el silencio cruel de quien gime
Son voces lejanas
sin historia aparente
Son rostros hermanos
en la continua negación
de las cátedras internacionales
en la retórica de siempre
de la hipócrita diplomacia
Quien traerá a dulce bálsamo
las heridas profundas
las lagrimas de dentro?
¿Quién podrá detener lo absurdo,
pedir perdón a los muertos
y dejar que florezca lo tierno?
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